Entrevista a
Carlos Rojas González realizada por: Cecilia Carchi V.
Carlos Rojas
González, discípulo de Algirdas Julien Greimas, es uno de los semiólogos más
importantes de América Latina. En esta entrevista nos esclarece los principios
básicos de esta ciencia del lenguaje, los posibles campos de aplicación en la
vida laboral y la “pérdida de la inocencia” una vez que se la conoce, además de
otros puntos interesantes de esta disciplina.
¿Qué debemos
entender por semiología?
Inicialmente
se comprende por semiología el estudio de los signos en el seno de la vida
social, según Ferdinand de Saussure. En la actualidad con la evolución de las
ciencias del lenguaje entendemos por semiología el acto de desambiguar el
discurso para encontrar la significación más adecuada a nuestro punto de vista,
lo que Roland Barthes denomina el anclaje, es decir los indicios que nos van a
llevar a una significación que puede transformarse con el tiempo a través de
nuevas investigaciones, teniendo en cuenta el rigor de la ciencia, de manera
que lo que encontramos hoy día en un discurso no es una verdad sino un anclaje
significativo que nos permite seguir investigando.
¿A qué se
refiere cuando denomina “anclaje”?
El anclaje
es a lo que llegamos cuando estamos leyendo una parte o el discurso de la
realidad y que a medida que el tiempo y las disciplinas avanzan se va ampliando
y/o transformando, lo cual nos impide caer en lo que se denomina verdad porque
al encontrarla ya no habría razón para investigar alguna cosa.
¿Desde su
punto de vista cuál es la utilidad que tiene la semiología?
La
semiología es útil para descubrir todo aquello que nosotros percibimos en el
universo y que denominamos de manera aproximada o inocente. Con la semiología a
este universo que percibimos le llamamos discurso y elegimos un punto de vista
para analizarlo y lo que encontremos en este análisis será la significación que
tenemos de la percepción. Digamos que la semiología nos hace pasar de lectores
inocentes a lectores coproductores del discurso o analíticos.
¿En qué
percibe usted la diferencia de las disciplinas que también analizan la
realidad?
La
semiología y particularmente la semiótica tienen un marco teórico definido y
que lo adecuan al discurso que tienen que enfrentar en ese momento. Es un
análisis sin prejuzgados, no hay un englobante referencial que nos obligue a
tomar una decisión significativa, sino que la significación será el producto
del análisis.
Entonces,
¿habría alguna diferencia entre discurso y texto?
Considero que
sí, aunque sea de manera operativa. Por discurso entendemos todo el proceso o
conjunto significante que captamos del universo, pero nosotros no podemos
encontrar todas las significaciones de este universo significante; para esto
elegimos un punto de vista al que denominamos texto, una parte del discurso que
sea significativa y de la que nos podamos proyectar con la amplitud que nos dé
el rigor del trabajo. Mire usted cuando va al cine no recuerda una película de
principio a fin, sino únicamente las secuencias que le han interesado y sobre
esas construye un texto. Usted ha hecho entonces un trabajo semiótico, sin
saberlo incluso.
¿Por qué
considera que debemos conocer la semiología?
Debemos
conocer la semiología porque nos va a llevar a la objetividad del conocimiento,
dejaremos los prejuicios o los adelantos significativos que se han hecho sin el
análisis pertinente. Yo dijera que ya no hay espacio para la aventura analítica
y que los caminos nos conducen a la semiología.
Hemos
escuchado los términos semiología y semiótica, ¿nos podría aclarar la
diferencia?
Yo
especifico la diferencia en mi ensayo “Entre semiótica y semiología”. La
semiología es una disciplina que analiza los universos connotativos de manera
más libre, en tanto que la semiótica es una ciencia rigurosa cuyo objetivo es
tratar de demostrar el por qué significan las cosas, sean connotativas o
denotativas. El trabajo que realizamos en la actualidad sobre la connotación
está basado en un marco teórico definido hasta el momento y que lo vamos ampliando,
lo que nos permite determinar la connotación como un elemento de manipulación,
es decir un sujeto manipula a otro ya sea directa u oblicuamente o en otro caso
el sujeto es manipulado por lo que captó del discurso del otro sin que a éste
que llamamos otro haya tenido la intención de hacerlo. Usted ve pasar a una
persona y ésta le causa una impresión pasional que no la puede definir, no
sabemos o debemos analizar si aquella persona que se paseó delante del otro
intentaba o no causarle una connotación, es decir un espacio abierto de
significaciones.
¿Podemos
decir entonces que el estudio de la semiótica implicará la pérdida de nuestra
inocencia?
Bueno,
algunos de mis discípulos han dicho que desde que han tomado mis seminarios de
pregrado y postgrado ya no son inocentes, que todo lo que ven lo toman de
manera analítica y yo les pregunto si se sienten mejor ahora que antes y ellos
me responden que ahora. No sé si habrán perdido la inocencia o no pero han
adquirido una lógica analítica.
Finalmente,
¿cómo llegó a la semiótica?
Yo soy
escritor y hacía análisis de lo que llamo discurso que publicaba semanalmente
en los periódicos del país hasta que un día me percaté que necesitaba un marco
teórico más adecuado, entonces busqué el apoyo de las ciencias del lenguaje que
las había estudiado desde hace mucho tiempo y vi la necesidad de salir del país
para estudiar con quienes eran las personas indicadas, así llegué a Roland
Barthes y A.J. Greimas, quien fue el director teórico de mi tesis doctoral. En
la actualidad conformamos un grupo de investigaciones semióticas que funciona
en una red universal ubicada en muchos puntos del planeta. Los maestros,
algunos han fallecido, pero quedamos nosotros, sus discípulos. Creo que de los
pocos semiólogos vivos, de aquella generación es Umberto Eco.
por: Bravo Sánchez María
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